¿Qué ocurre cuando meditamos?

La meditación te hace reducir las fluctuaciones de las ondas mentales por lo que es muy liberadora para las personas enganchadas a preocupaciones o pensamientos obsesivos y recurrentes.

 

Meditar no es dejar la mente en blanco

Meditar no es dejar la mente en blanco, es bajar el flujo de tus pensamientos y relajar la actividad mental compulsiva a la que estamos sometidos de manera continua.

Dejar la mente en blanco es una metáfora que se ha utilizado para definir ese descenso de pensamientos, pero no ayuda en absoluto a explicar el verdadero sentido de la meditación. Si no que todo lo contrario, muchos principiantes temen sentarse a meditar porque eso de dejar la mente en blanco, lo encuentran muy difícil, si no imposible.

Meditar lo que produce es disminuir el ritmo de pensamientos y ampliar el espacio que hay entre pensamiento y pensamiento. La visualización más efectiva es imaginar que los pensamientos son nubes que pasan por tu cielo/mente. La meditación permite que se vayan separando, que los pensamientos vayan distanciándose uno de otro, para que tengas un mayor contacto con eso que hay detrás de esas nubes imaginarias, tu cielo azul, claro y luminoso, que te permite estar más en calma y más conectado a todo.

 

Yoga en casa: meditación sūryāya

Realmente meditar no es difícil, sobre todo si te sientas sin expectativas, a permitir que ocurra lo que tenga que suceder. Es beneficiosa para todo el mundo, y cualquier persona es capaz de parar y ponerse respirar conscientemente. Es cierto que las primeras veces que te sientas a meditar pueda resultarte tal vez un pelín frustrante, pero sólo si tienes expectativas con lo que va a ocurrir.
 

Las primeras veces son difíciles para los que no están acostumbrados al silencio y a la quietud. Su mente empieza a darle órdenes de cosas para hacer: colocarse bien la camiseta, rascarse, retirarse el pelo de la cara, dudar si así o asá estará la pierna bien puesta… Hay que lograr centrarse tanto en la respiración que dejemos de lado esas órdenes de la mente, y no hacerle caso. Muchos dicen que se ponen más nerviosos. Pero eso ocurre sólo las primeras dos o tres veces. Con paciencia y apertura vas sintiendo y experimentando los grandes y poderosos beneficios de esta práctica.

 

Meditación sūryāya: pranayama

Las meditaciones de sūryāya utilizan mantras, mudras (postura de los dedos y manos) y pranayamas (técnicas de respiración). De esa manera, la mente no tiene otro remedio que estar atenta a todos esos puntos, en lugar de estar divagando por tus preocupación o quehaceres.

En una sociedad en la que el gasto en ansiolíticos, pastillas para dormir y antidepresivos alcanza más de 600.000.000€ anuales, la meditación es una alternativa mucho más barata, saludable y sin contraindicaciones, para reducir considerablemente la ansiedad, el estrés y la depresión.

Lo ideal es tomar el hábito de meditar todos los días, un ratito, lo que puedas, más vale 3 minutos que nada. Ese hábito se crea desde la voluntad y la disciplina, y una vez que se ha integrado el hábito ya es mucho más fácil seguir. Es más, se convierte en algo necesario, como la ducha diaria, como el lavarte los dientes, como respirar. El día que no lo haces, no pasa nada, pero sí que es cierto que es como si te faltara algo.

 

Meditación cada día con sūryāya

 

Meditación sūryāya: zafu

Si nos sentamos a meditar sobre un zafu (que es un cojín relleno de cáscara de espelta), se elevan las caderas sobre el nivel de los pies, y para algunos hasta por encima de las rodillas. Esto permite bascular la pelvis para sostenerte sobre una columna alineada y alargada y hace más cómoda tu postura de meditación.
 
Scroll al inicio